La reciente sentencia del Juzgado de lo Mercantil nº1 de Las Palmas, que confirmó la adjudicación de varios hoteles en Taurito al Grupo Lopesan por más de 99 millones de euros, ha tenido repercusión no solo en el ámbito turístico canario, sino también en la prensa anticastrista. Diversos medios como CiberCuba, Diario de Cuba y Cubanet han interpretado el fallo como una “bendición”, al representar una derrota millonaria para los herederos de Enrique Martinón Armas, considerado durante años uno de los empresarios españoles más cercanos a Fidel Castro. Los medios en Miami han destacado los contenidos en inglés de Maspalomas24H.uk, así como en español de OK Diario, La Provincia y Canarias7.es.
El tribunal desestimó los recursos presentados por Grumasa Martinón y el comité sindical, blindando así la oferta de Lopesan y dejando sin efecto los intentos de frenar la operación. La figura de Martinón Armas, fallecido en Madrid en 2022, fue clave en la internacionalización del turismo cubano. En los años 90 creó junto a Fidel Castro la sociedad mixta Cubacan, que gestionó hoteles en Varadero y La Habana, y su boda en 1999 con la doctora cubana Janet Martínez contó con la presencia del propio líder comunista, símbolo de una relación privilegiada.
Para la prensa crítica con el régimen, la derrota judicial en Canarias supone un golpe doble: económico, por la pérdida de activos que consolidaban a Grumasa en el exterior, y simbólico, porque erosiona la imagen de poder que durante décadas proyectaron los empresarios vinculados al castrismo.
Mientras tanto, el Grupo Lopesan —primer operador hotelero de Canarias— emerge reforzado. La compañía presidida por Eustasio López no solo amplía su portafolio en Gran Canaria, sino que envía un mensaje de estabilidad a empleados y turoperadores, prometiendo inversiones y continuidad en la zona de Taurito, una de las más presionadas por la competencia internacional.
Cuba en crisis, sin aliados fuertes
El fallo llega en un contexto especialmente adverso para la isla caribeña: el turismo en Cuba se desplomó un 29,3% en el primer trimestre de 2025, con una ocupación media del 24,1%. La pérdida de músculo de antiguos socios internacionales, como el clan Martinón, es vista en Miami y en medios de la diáspora como un síntoma de que el castrismo se queda sin apoyos externos sólidos para sostener financieramente su modelo.“Cada hotel que pierde un socio histórico del régimen en el extranjero es un ladrillo menos en el edificio del castrismo”, editorializó recientemente CiberCuba. Con esta sentencia, Lopesan consolida su liderazgo en el sur de Gran Canaria, mientras la sombra del castrismo se difumina en el mapa hotelero español.
