Una TV alemana atacando a un destino turístico dominado por el dinero alemán. Es la síntesis de un documental de TV emitido en Alemania que provocó protestas diplomáticas españolas a Bonn. El periodista vino a hacer su trabajo cuando el turismo estaba en temporada baja, todo vacío entonces. El documental alemán emitido en RDE llamado 'Suicidio de Hormigón' sacudió a Canarias en 1990 al retratar las contradicciones del boom turístico y la huella urbanística en el sur de Gran Canaria. Tres décadas y media después, la mirada vuelve inevitablemente hacia la relación entre Alemania y Gran Canaria: ya no como mero emisor de turistas, sino como comunidad residente y como reflejo de transformaciones sociales que han marcado a toda una generación.

Según los datos oficiales del INE, 14.475 ciudadanos alemanes residen en la provincia de Las Palmas, y de ellos 5.615 se concentran en San Bartolomé de Tirajana, epicentro de la vida turística en el sur de la isla. Este enclave no solo concentra hoteles y complejos, sino también comunidades germano-orientales y occidentales que trajeron consigo sus propias biografías y memorias tras la caída del Muro de Berlín. Estas diferencias, que en Alemania condicionan trayectorias vitales, también se reflejan en las comunidades germanas del sur de Gran Canaria. Entre los residentes, no es extraño encontrar familias que llegaron a la isla buscando un futuro menos condicionado por la falta de oportunidades en su tierra natal. Frente a ellos, los alemanes occidentales tienden a ocupar posiciones más estables como jubilados con alto poder adquisitivo o emprendedores en el sector turístico.