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MASPALOMAS131 años de la Villa de San Bartolomé de Tirajana: la historia viva de una tierra de identidad y progreso

131 años de la Villa de San Bartolomé de Tirajana: la historia viva de una tierra de identidad y progreso

MASPALOMAS24H Domingo, 12 de Octubre de 2025

El municipio más extenso de Gran Canaria conmemora el 131 aniversario de su nombramiento como Villa, un título que marcó su consolidación institucional y su papel protagonista en el desarrollo del sur insular

 

A comienzos del siglo XX, San Bartolomé de Tirajana era un municipio caracterizado por su entorno natural, rodeado de montañas, barrancos y caminos de tierra que conectaban los pueblos del interior con los caseríos costeros. La vida cotidiana giraba en torno a la agricultura de subsistencia, donde se cultivaban productos como trigo, cebada, millo, papas y hortalizas en terrazas sostenidas por muros de piedra. Además, el ganado caprino y ovino proporcionaba leche y queso para complementar la dieta local.

 

Las familias elaboraban su propio gofio, pan en horno de leña y conservaban carne y frutas mediante secado al sol o salazón. Las viviendas típicas eran casas de piedra con techos de teja o paja, muchas excavadas parcialmente en la roca para mantener una temperatura estable durante todo el año. La comunicación entre localidades como Tunte, Fataga, Arteara y Ayagaures se realizaba a pie o en bestias de carga por rutas ancestrales.

 

Sin electricidad ni agua corriente, la comunidad se organizaba alrededor de pozos, eras y hornos comunales. Este modo de vida austero fomentó valores como el esfuerzo colectivo y la solidaridad vecinal, elementos fundamentales en la identidad histórica del municipio.

 

El título de Villa: consolidación institucional e identidad local

 

El 3 de octubre de 1894 se otorgó oficialmente el título de Villa a San Bartolomé de Tirajana, entrando en vigor el día 6 del mismo mes. Esta declaración reconocía tanto el crecimiento demográfico como la relevancia económica del municipio dentro del contexto insular. Además, respondía a la necesidad urgente de dotar a la comarca tirajanera de un autogobierno capaz de gestionar sus recursos agrícolas, ganaderos y territoriales.

 

Desde ese momento histórico, San Bartolomé de Tirajana adquirió jurisdicción independiente con ayuntamiento propio, escudo distintivo y competencias municipales específicas. Este marco legal consolidó su identidad institucional e impulsó su desarrollo social y económico.

 

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Transformación socioeconómica: del campo al turismo internacional

 

A lo largo del siglo XX, San Bartolomé de Tirajana experimentó una profunda transformación. Pasó de ser una economía rural basada en la agricultura tradicional y el aprovechamiento forestal a convertirse en uno de los principales motores turísticos no solo en Gran Canaria sino también en Canarias. La inauguración del Plan de Desarrollo Turístico Maspalomas Costa Canaria durante los años sesenta supuso un antes y un después para el municipio.

 

La llegada masiva del turismo atrajo inversión extranjera e impulsó infraestructuras modernas que dieron origen a enclaves tan emblemáticos como Maspalomas, Playa del Inglés o Meloneras. Así, San Bartolomé se posicionó como eje central del crecimiento económico insular sin perder su vínculo con los pueblos históricos interiores —como Tunte, Fataga o Ayacata— guardianes todos ellos del legado cultural tirajanero.

 

El significado del título de Villa en San Bartolomé de Tirajana: autonomía y tradición

 

En la España del siglo XIX, el término “Villa” se utilizaba para designar a aquellas localidades que alcanzaban una categoría administrativa superior a la de aldea o lugar, distinguiéndose por disponer de autonomía municipal plena. En el contexto de Canarias, este reconocimiento suponía un hito institucional, ya que representaba la madurez y emancipación de los pueblos respecto a municipios mayores. Así ocurrió con San Bartolomé de Tirajana, que logró consolidar su propio gobierno local y fortalecer su identidad territorial.

 

Hoy, en 2025, la denominación de Villa de San Bartolomé de Tirajana mantiene un profundo valor simbólico. Refleja la voluntad histórica de sus habitantes por autogobernarse, defender su territorio y preservar sus tradiciones ancestrales, mientras impulsa una visión moderna y sostenible orientada hacia el futuro.

 

San Bartolomé de Tirajana en el siglo XXI: desarrollo, convivencia y patrimonio cultural

 

La actual Villa de San Bartolomé de Tirajana encarna más de 130 años de historia, progreso y orgullo canario. Este municipio es hoy un referente en Gran Canaria por su capacidad para combinar el desarrollo económico —especialmente gracias al turismo— con la conservación del rico patrimonio cultural tirajanero. Los pueblos históricos como Tunte, Fataga o Cercados de Araña siguen siendo depositarios vivos de las costumbres tradicionales y contribuyen a mantener la esencia identitaria del municipio.

 

Además, San Bartolomé ha sabido proyectarse hacia el futuro como ejemplo de convivencia multicultural y sostenibilidad. Su apuesta por infraestructuras modernas convive con el respeto al entorno natural y al legado histórico, posicionando a esta Villa como uno de los destinos turísticos más emblemáticos no solo en Canarias sino también en toda Europa.

 

Legado y proyección de San Bartolomé de Tirajana: un referente en Gran Canaria

 

La historia de San Bartolomé de Tirajana es un ejemplo de adaptación y resiliencia. Desde sus orígenes rurales hasta convertirse en uno de los motores turísticos más importantes de Canarias, el municipio ha sabido mantener su identidad y sus tradiciones mientras avanza hacia la modernidad.

 

El reconocimiento como Villa no solo consolidó su autonomía institucional, sino que también reforzó el sentimiento de pertenencia entre sus habitantes. Hoy, la Villa se distingue por su capacidad para integrar el desarrollo económico con la protección del entorno natural y el fomento del patrimonio cultural canario.

 

Turismo sostenible y nuestra esencia canaria

 

En pleno siglo XXI, San Bartolomé de Tirajana apuesta por un modelo turístico sostenible, capaz de atraer visitantes nacionales e internacionales sin perder la esencia que caracteriza a la comarca tirajanera. Lugares emblemáticos como Maspalomas, Playa del Inglés o Meloneras son referentes europeos, pero también lo son los pueblos interiores que conservan las costumbres ancestrales y ofrecen una experiencia auténtica al visitante.

 

La combinación entre innovación turística, respeto por el medio ambiente y preservación del legado histórico sitúa a San Bartolomé de Tirajana como un destino único en Gran Canaria y en toda Canarias.

 

Conclusión: orgullo tirajanero y visión de futuro

 

A día de hoy, tras 131 años desde la concesión oficial del título de Villa, San Bartolomé de Tirajana continúa siendo símbolo de convivencia, progreso y riqueza cultural. Su evolución es testimonio vivo del esfuerzo colectivo por construir una sociedad abierta al mundo sin renunciar a sus raíces. Así, la Villa mira al futuro con optimismo, consolidándose como referente insular tanto para residentes como para quienes buscan descubrir el auténtico espíritu canario.

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