Los últimos indicadores turísticos del sur de Gran Canaria que tiene en su poder el Patronato de Turismo reflejan un enfriamiento generalizado del sector, con caídas en oferta y reservas que ponen en alerta a hoteleros y gestores de alquiler vacacional. Pese a un leve aumento de ingresos, la tendencia sugiere que la isla enfrenta uno de los inviernos más complicados de la década.
Los datos oficiales sobre alquiler vacacional señalan un descenso en la oferta: en septiembre de 2025 se registraron 14.319 propiedades, un 2% menos que en 2024, y la capacidad total se redujo un 3,2%, hasta 53.929 plazas. La estancia media disminuyó ligeramente (-2,05%), mientras la ocupación promedio subió apenas 1,34 puntos, hasta el 35,31%.
Los ingresos totales, de 18,1 millones de euros (+7,55%), reflejan principalmente ajustes de precio, más que una recuperación de la demanda real. Las previsiones para octubre-diciembre anticipan estancamiento en ocupación y estancia media, y apenas un leve aumento en tarifa media diaria (ADR). Estos datos sugieren que, aunque el sector perciba más dinero por alquiler, el flujo de turistas disminuye y la duración de la estancia se acorta, debilitando la dinámica de negocio a medio plazo.
La oferta hotelera y vacacional pierde inercia, con propiedades que abandonan el mercado o se reconvierten. La demanda internacional se muestra cautelosa, con turistas nórdicos y británicos comparando precios y optando por alternativas competitivas. La inflación y el coste energético impactan en la duración de las estancias y en la capacidad de gasto del turista.
Gran Canaria encara un invierno 2025-2026 con señales de desaceleración estructural: alquiler vacacional muestra un estancamiento y menores estancias, mientras la demanda internacional flaquea. Aunque los ingresos globales permiten respirar, la isla pierde dinamismo frente a la competencia internacional, lo que exige medidas inmediatas de promoción y modernización del producto turístico. El sur de Gran Canaria podría enfrentarse a un ciclo prolongado de menor ocupación y presión sobre precios, afectando la rentabilidad del sector y la percepción del destino en mercados clave.

































