La lluvia prevista en Gran Canaria, más que un evento puntual, representa una inyección de capital natural que impactará directamente en la estabilidad de precios y la eficiencia de la producción agraria en las medianías y el interior de la isla. Desde una perspectiva de mercado, este episodio pluvial es crucial para sostener los rendimientos y la calidad de los productos de mayor valor añadido.
Las lluvias ayudan a reducir la volatilidad en productos de gran consumo (manzanas, peras) y reducir en el periodo la dependencia de la importación y la vulnerabilidad a las dinámicas de precio de la Península Ibérica y Europa, según Mercasa en Canarias. En Las Palmas el mercado se polariza entre el Aguacate Hass, cuyo precio medio alcanza los 12,45 euros/kg, y las "Otras Variedades", que apenas cotizan a 3,45 euros/kg.
Este diferencial de 9 euros/kg es un claro incentivo para que los agricultores canarios inviertan en la variedad Hass, altamente demandada en el mercado premium europeo, frente a las variedades más genéricas. El Aguacate Fuerte (6,85 euros/kg) se sitúa en un punto intermedio, indicando la prima que el consumidor está dispuesto a pagar por variedades con reconocimiento de sabor.
El Mango Kent cotiza más alto (4,45 euros/kg) que el Mango Tommy Atkins (3,85 euros/kg). Esto subraya que el mercado canario, si bien consume producto local, también está influenciado por la calidad de la pulpa y la textura de las variedades internacionales, incentivando la selección genética local. Para la papa de la tierra es un aporte hídrico efectivo en el momento adecuado es vital para el engorde del tubérculo y para garantizar una cosecha con el calibre y la calidad demandada. La sequía sostenida había generado temor a una reducción de la oferta, lo que habría presionado los precios al alza. Esta lluvia actúa como un colchón deflacionario, estabilizando la disponibilidad de un producto básico en la dieta canaria y, por ende, en el Índice de Precios al Consumo (IPC) local.
Las precipitaciones también recargan los acuíferos y embalses de las zonas altas, lo que es esencial para los cultivos de medianía y cumbre que definen la diversidad del paisaje: Aguacates y naranjas: Los cítricos y el aguacate se beneficiarán de una mejora en la turgencia y el calibre del fruto. El aumento de la humedad ambiental y la reposición de los acuíferos reduce la necesidad de riegos suplementarios caros, lo que tiende a mantener estables los costes de producción. Esto asegura que los productos, que suelen cotizar a precios premium en el mercado local por su frescura, no vean incrementado su precio al consumidor debido a la escasez hídrica.
La revitalización de los pastos es vital para la ganadería, especialmente la caprina y ovina, reduciendo la dependencia de piensos importados. Esto influye en la estabilidad de precios de los productos lácteos y cárnicos de origen local. Este episodio pluvial es una intervención económica de la naturaleza. Al garantizar la calidad y el volumen de productos clave como la papa, el plátano, los aguacates y los cítricos, se reduce la necesidad de importación y se mitigan las presiones inflacionarias en la canasta básica del consumidor del sur de Gran Canaria.














