La reciente formación en chocolatería impartida por el maestro David Pallás a veinte miembros del equipo de cocina y pastelería de Lopesan no es un simple evento de team-building, sino una inversión dirigida y estratégica en capital humano orientada a la cadena de valor del sector hotelero premium. Esta iniciativa busca elevar el estándar de la pastelería interna, un factor clave en la diferenciación de la marca y el aumento del gasto medio por cliente. En el mercado turístico de alta gama de Gran Canaria, la experiencia gastronómica se ha convertido en un activo no negociable para justificar tarifas premium (ADR). Al invertir en "bombonería avanzada, tabletas 3D y decoración artística", Lopesan está apuntando directamente a la sofisticación y la innovación.
El objetivo es tener una oferta de pastelería de vanguardia se traduce directamente en una mayor calidad percibida en los buffets de alta gama, servicios de habitaciones y eventos corporativos. Al formar a su propio personal en técnicas avanzadas, la cadena reduce su dependencia de proveedores externos de alta repostería, mejorando los márgenes de beneficio y garantizando un control estricto sobre el estándar de calidad y la coherencia del producto.
La oportunidad de aprender de un referente como Pallás funciona como un potente incentivo de retención de talento dentro del equipo de cocina, un factor crítico en el sector hotelero, que a menudo sufre una alta rotación de personal cualificado. En un entorno donde la competencia por el cliente de alto poder adquisitivo es feroz, la formación de Lopesan es un movimiento defensivo y ofensivo a la vez. Al mezclar "tradición y vanguardia" en el chocolate, la cadena no solo sorprende al cliente actual, sino que blindan su oferta gastronómica contra la obsolescencia, asegurando que su producto final esté alineado con las expectativas de los mercados internacionales que demandan una experiencia culinaria de alto nivel técnico y artístico.














