La actual fase de consolidación y premiumización del sector turístico en el sur de Gran Canaria no se puede entender sin analizar el papel hegemónico que ha asumido el capital riesgo (Private Equity) y los fondos institucionales. Estas entidades han pasado de ser meros financiadores a convertirse en los principales arquitectos de la estrategia de valor del destino, impactando directamente en las métricas clave como el RevPAR y el ADR.
La principal razón de la afluencia de Private Equity es la búsqueda de activos con potencial de valor añadido (Value-Add) en un mercado que, aunque maduro, ofrece alta resiliencia climática y jurídica. Los fondos han inyectado cientos de millones de euros para adquirir activos obsoletos (hoteles de 3 y 4 estrellas) construidos en las décadas de los 80 y 90. El objetivo es claro: ejecutar un CAPEX intensivo para reposicionar el stock como cinco estrellas o gran lujo en un plazo de 3 a 5 años. Esta estrategia permite capturar una prima de precios superior y justificar un mayor RevPAR (Ingreso por Habitación Disponible).
Los nuevos propietarios, a menudo con experiencia en gestión hotelera internacional, implementan modelos de gestión más eficientes y digitalizados, reduciendo los costes operativos (OpEx) y maximizando el margen EBITDA del activo. La rentabilidad no solo se busca en el precio, sino en la optimización de costes. El sur de Gran Canaria ofrece una prima por seguridad y un flujo de caja descorrelacionado de la volatilidad política y climática del Mediterráneo, lo que resulta extremadamente atractivo para el capital a largo plazo que busca refugio.
La eliminación de la oferta barata mediante la reconversión empuja el Precio Medio Diario (ADR) de todo el sector al alza. Como hemos observado, la concentración de precios en la banda de 200 EUR y superiores en los picos estacionales se debe a que estos nuevos activos de lujo establecen el nuevo listón de precios. Las transacciones recientes se cierran con múltiplos de EBITDA (Enterprise Value / EBITDA) muy competitivos, incluso superiores a destinos prime europeos, reflejando la alta confianza en la trayectoria de crecimiento de precios y la estabilidad del activo.
El Private Equity se enfrenta al riesgo de la Licencia Social. La subida masiva de precios y la transformación de la vivienda en alojamiento turístico de alto yield presionan el mercado inmobiliario local. Esta tensión puede traducirse en el futuro en mayores impuestos turísticos o tasas regulatorias, factores que deben ser descontados del flujo de caja (DCF) del proyecto. Los fondos han impuesto un modelo de negocio que prioriza el valor sobre el volumen, transformando el sur de Gran Canaria en una plataforma de inversión Value-Add de alta liquidez. La clave para la rentabilidad a largo plazo reside ahora en equilibrar el apetito por el alto rendimiento con la gestión sostenible de los riesgos ambientales y sociales.















