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El galardón 'Gaveta de Honor' concedido este lunes a Pedro del Castillo y Bravo de Laguna ha servido para destacar una trayectoria que es, en sí misma, la hoja de ruta del progreso económico y social reciente de Gran Canaria. De carácter discreto y laboriosidad incansable, su influencia tocó los pilares estratégicos que definen la competitividad actual de la isla. Agricultura, agua, turismo, energía, innovación, política (como concejal y cónsul de Dinamarca) y compromiso social, conforman los pilares de una vida dedicada a impulsar el futuro de su tierra.
La transformación del Archipiélago tiene su origen en el sur, donde Del Castillo, junto a su hermano Alejandro, participó en la creación de Maspalomas Costa Canaria a finales de los años sesenta. Aquel proyecto no solo marcó el nacimiento del turismo moderno, sino que generó el bienestar y la clase media que hoy sostiene la economía de la isla, un legado que tiene raíces en el sector primario como impulsor del tomatero y defensor del cultivo del plátano.
Su figura es central en la gestión de recursos vitales. Fue pionero mundial en sostenibilidad con el Campo de Golf de Maspalomas al utilizar aguas depuradas para riego, una práctica muy adelantada a su tiempo. Además, intervino en la construcción de la Presa de Soria y lideró Eléctrica de Maspalomas y la Comunidad de Aguas La Lumbre, facilitando el suministro hídrico y eléctrico necesario para el crecimiento del sector turístico e industrial.
La visión de Del Castillo se extendió a la infraestructura y la tecnología. Su relevancia alcanzó los materiales de construcción, a través de sociedades como Cementos Especiales de Arguineguín, y el ocio, participando en el nacimiento de proyectos clave como Sioux City, Mundo Aborigen o el Aeroclub de Gran Canaria. Su apuesta modernizadora incluyó la implantación de los primeros ordenadores y la cesión de terrenos a la NASA para la instalación que siguió la misión que llevó al hombre a la Luna, un hito de la historia tecnológica de la isla.
La transversalidad de su impacto fue validada por el amplio apoyo empresarial al reconocimiento. El galardón contó con el patrocinio principal de Lopesan Hotel Group y Turismo Islas Canarias. Además, colaboraron activamente Maspalomas Golf Gran Canaria, Excelcan, Bankinter, Domingo Alonso Group, Hospitales Universitarios San Roque, Satocan, Servatur Hotels & Resorts, Mur Hotels, Círculo de Empresarios de Lanzarote, Grupo Martinón, Inetel, Viajes Insular y Canaragua, reflejando que su influencia es un consenso de la élite económica que hoy opera en Canarias.















