Arranca en pocos días el II Congreso Aeroespacial de Canarias, cuyo programa oficial fue presentado en el Museo Elder de la Ciencia y la Tecnología en Las Palmas. Sin embargo, el mensaje clave del Gobierno de Canarias —que el futuro aeroespacial del archipiélago "ya está en marcha"— tiene su eco más tangible en el sur de la isla, el histórico enclave donde la colaboración con la NASA se forjó en los años 60, según el viceconsejero de Industria, Felipe Alfonso El Jaber (PP).
El acto sirvió para reforzar una doble necesidad: la de construir un camino firme a través de la colaboración público-privada y la de honrar un legado. Las estaciones de seguimiento que en el pasado apoyaron misiones clave de la NASA a nivel global y cuya infraestructura se asentó principalmente en el sur, son el punto de partida de este nuevo impulso. Juan Carlos Betancor García subrayó que el sector no puede avanzar sin el compromiso firme y conjunto de las instituciones públicas y las empresas privadas. La meta es ambiciosa: incorporar una nueva y robusta rama económica al tejido productivo canario vinculada al ámbito aeroespacial.
El retorno al eje sur-Maspalomas
Aunque el acto de presentación se celebró en el Norte, la materialización de esta visión estratégica se proyecta fuertemente sobre el sur de Gran Canaria. Es esta región la que, por historia y por la existencia de infraestructuras específicas (como los centros de comunicaciones por satélite y los parques tecnológicos asociados al ámbito de la defensa y la vigilancia), está destinada a ser el núcleo de ejecución de los futuros proyectos de desarrollo aeroespacial y tecnológico.
Este Congreso busca precisamente continuar ese trabajo iniciado hace más de medio siglo, transformando el legado de las estaciones de seguimiento de los años 60 en una plataforma aeroespacial propia del archipiélago. Para que esta descentralización tecnológica hacia el sur sea efectiva, Betancor García remarcó la importancia vital de la hoja de ruta formativa. Preparar el talento local es indispensable para que la industria que se establezca no dependa de capital humano externo, garantizando así que los jóvenes canarios sean quienes lideren y sustenten la nueva economía tecnológica en la zona sur de Gran Canaria.
