La estrategia de Gran Canaria para la diversificación turística está cristalizando en el sector MICE (Meetings, Incentives, Conferences and Exhibitions), con el foco puesto en la capacidad de su hub de infraestructuras premium en el sur, particularmente en Meloneras. Lejos del turismo de masas, este segmento representa un alto gasto por cabeza y una menor estacionalidad, factores críticos para los inversores en Real Estate hotelero.
El Gran Canaria Convention Bureau está ejecutando un plan de ataque quirúrgico en ferias clave como IBTM World y The Meetings Space Marbella. El mensaje es claro: la isla no solo ofrece clima, sino infraestructura moderna, alta conectividad aérea y un compromiso verificable con la sostenibilidad en sus tres dimensiones (ambiental, social y económica). Este último punto es crucial, ya que los planners corporativos internacionales, como el equipo de Google en su reciente visita de inspección, exigen compliance ambiental en sus eventos.
Las nuevas incorporaciones al Convention Bureau reflejan la madurez del sector en la isla: Canaryshuttle - Alsa refuerza la logística de transporte de grupos, mientras que Tao Catering y Chester Canarias elevan la oferta gastronómica y de espacios exclusivos, esenciales para el segmento de incentivos de alto nivel que Meloneras busca atraer. Esta consolidación de la cadena de valor asegura que el gasto se quede en el ecosistema local.
La captación de eventos especializados, como el interés de la Conferencia Internacional de Enoturismo (IWINETC), subraya la búsqueda de un perfil de visitante de alto valor añadido que extiende su estancia y consume más allá del hotel. Este perfil MICE es el contrapeso perfecto para el turismo vacacional, ya que utiliza la infraestructura en temporada baja.
La solidez de esta estrategia reside en el retorno económico: al priorizar la dimensión social de la sostenibilidad, el Bureau se compromete a que los eventos generen un beneficio palpable para la comunidad local. Para el inversor en la zona de Maspalomas/Meloneras, esto se traduce en una reducción del riesgo social y una validación de la Tarifa Media Diaria (ADR) alta, que ahora se justifica no solo por el lujo del sector, sino por la calidad y la ética del destino. La actividad de cierre de 2025 confirma la solidez de Gran Canaria como un destino prime para el capital corporativo.
