Miércoles, 17 de Diciembre de 2025
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GRAN CANARIAMaspalomas bajo presión: Gran Canaria pierde el pulso de la excelencia frente a Tenerife y el empuje de Turquía

Maspalomas bajo presión: Gran Canaria pierde el pulso de la excelencia frente a Tenerife y el empuje de Turquía

GARA HERNÁNDEZ - M24H Miércoles, 17 de Diciembre de 2025

Los datos de percepción turística actualizados a 15 de diciembre de 2025 dibujan un escenario de equilibrio frágil para el sur de Gran Canaria. El destino mantiene niveles de satisfacción global aceptables, pero el análisis comparativo de Mabrian revela una pérdida progresiva de competitividad frente a sus principales rivales. Tenerife consolida su ventaja en calidad percibida, mientras que Antalya emerge como un competidor agresivo capaz de combinar precios bajos con altos niveles de satisfacción.

El Índice Global de Satisfacción de Gran Canaria, según datos que obran en poder del Patronato de Turismo de Gran Canaria, alcanza los 82,54 puntos, tras un incremento interanual del 1,1%. Es una cifra sólida en términos absolutos, pero insuficiente en un entorno de competencia directa: Tenerife se sitúa en 84,31 puntos, ampliando una brecha que ya no puede calificarse de coyuntural. La diferencia no se explica por la seguridad —ambos destinos comparten un excelente 93— sino por factores estructurales vinculados a la experiencia turística.

Las principales debilidades de Gran Canaria se concentran en el Índice de Hotel, que se queda en 68 puntos, y en el Índice de Producto, con 70. Tenerife supera a la isla en ambos parámetros y refuerza su liderazgo gracias a una mejor percepción del clima y, sobre todo, a una oferta complementaria más diversificada y mejor valorada. La conclusión es clara: la seguridad y la estabilidad ya no bastan para sostener la ventaja competitiva.

La lectura de las plataformas de opinión confirma el diagnóstico. La percepción semántica en Booking y TripAdvisor muestra una fractura profunda entre categorías hoteleras. Mientras los establecimientos de cinco estrellas en Gran Canaria alcanzan una valoración media de 78,9 puntos, los hoteles de tres estrellas caen hasta los 65,4, situándose en una zona crítica de insatisfacción. Este segmento, clave para el turismo de volumen, es el que más erosiona la imagen global del destino.

La comparación con Tenerife resulta especialmente incómoda en el segmento medio. Los hoteles de cuatro estrellas de la isla vecina registran una satisfacción de 73,3 puntos, frente a los 68,8 de Gran Canaria. El turista que busca una relación calidad-precio razonable está saliendo mejor servido en Tenerife que en el sur grancanario, una señal inequívoca de desajuste entre expectativas y producto.

A esta debilidad se suma una política de precios difícil de justificar. Durante el invierno, una noche en un hotel de cinco estrellas en Gran Canaria alcanza una media de 332 euros, frente a los 277 euros de Tenerife. Es decir, el destino cobra más pese a ofrecer una valoración hotelera inferior. En primavera, la situación se invierte: mientras Gran Canaria reduce precios hasta los 265 euros, Tenerife se dispara hasta los 349, evidenciando que el mercado está dispuesto a pagar más cuando la percepción de calidad acompaña.

En conectividad aérea, Gran Canaria avanza, pero lo hace a un ritmo insuficiente. El crecimiento de plazas internacionales para el periodo diciembre-febrero es del 1,28%, hasta rozar las 900.000 plazas. En paralelo, Antalya proyecta un incremento del 20,25% en asientos internacionales para la primavera, consolidando su posición como alternativa masiva y competitiva para el turista europeo.

El factor precio refuerza la amenaza turca. Antalya ofrece hoteles de cinco estrellas por una media de 177 euros en invierno, prácticamente la mitad que en Maspalomas, con una satisfacción de producto que alcanza los 79 puntos. La combinación de costes bajos, fuerte conectividad y alta valoración convierte a Turquía en un auténtico depredador de demanda para destinos maduros del Mediterráneo y el Atlántico.

El balance de finales de 2025 es inequívoco. El sur de Gran Canaria sigue apoyándose en su seguridad, su clima y su fidelidad histórica, pero falla en el corazón de la experiencia hotelera. Cobrar más que la competencia directa con peores valoraciones semánticas es una estrategia de alto riesgo. Sin una renovación profunda del producto y una mejora tangible de la calidad percibida, Maspalomas corre el peligro de consolidarse como un destino caro y envejecido, atrapado entre la sofisticación creciente de Tenerife y la agresividad económica de Antalya.

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