El sur de Gran Canaria ha dejado de ser esta semana un simple enclave de retiro turístico para convertirse en el epicentro de la soberanía tecnológica aérea de la Unión Europea. En el Palacio de Congresos ExpoMeloneras de Maspalomas, el II Congreso Aeroespacial de Canarias ha servido de escenario para que ENAIRE despliegue su hoja de ruta sobre el U-space, el ambicioso marco digital de Bruselas diseñado para que los drones dejen de ser un juguete caro y pasen a ser un actor económico regulado.
Para los analistas en la capital comunitaria, la cita en San Bartolomé de Tirajana no es un evento regional más, sino un test de estrés para la integración de aeronaves no tripuladas en un espacio aéreo tan complejo y fragmentado como el de las islas.
La intervención de Raquel Moldes, del departamento de Desarrollo de Negocio de Drones de ENAIRE, ha subrayado que el futuro de la movilidad aérea en el archipiélago pasa inevitablemente por la disciplina del U-space. En una mesa redonda que contó con la presencia de la unidad SESAR de la Comisión Europea, quedó claro que Canarias se perfila como el "sandbox" ideal para probar la gestión automatizada del tráfico.
La orografía canaria y su dependencia del transporte aéreo obligan a que la integración entre drones y aviación comercial sea quirúrgica; no hay margen para el error cuando se trata de compartir cielos con los millones de turistas que aterrizan cada año en el archipiélago.
El debate en ExpoMeloneras también ha puesto el foco en la infraestructura física, un área donde los fondos europeos y la colaboración público-privada están bajo la lupa de la DG MOVE. Francisco Tortosa, responsable de Proyectos de Innovación en ENAIRE, analizó la transición hacia los vertipuertos, las estaciones del futuro que permitirán el despegue y aterrizaje vertical de drones y aerotaxis.
La participación de actores como el INTA y firmas como Bluenest by Globalvia sugiere que la construcción de estas bases de lanzamiento no es solo una cuestión de ingeniería, sino un movimiento estratégico para que España, y Canarias en particular, lidere la cadena de suministro de servicios aeroespaciales en el Atlántico medio.
Finalmente, la integración operativa defendida por Juan Jesús Cano, jefe de Coordinación de Espacio Aéreo de ENAIRE, revela la verdadera ambición del congreso: la interoperabilidad total. Al reunir a centros tecnológicos como el ITER de Tenerife y empresas de robótica, ENAIRE busca asegurar que el despliegue de los sistemas UAS (aeronaves no tripuladas) cumpla con los estándares de seguridad europeos más estrictos. Desde la perspectiva de la contratación pública y los servicios estratégicos, Maspalomas ha certificado que la gestión del cielo digital no será dejada al azar, sino que formará parte de un ecosistema controlado donde la administración y la industria deben caminar de la mano para evitar que el espacio aéreo canario se convierta en un cuello de botella logístico.















