La presencia de una rata en un vuelo de larga distancia de KLM Airlines ha tenido consecuencias directas para viajeros con destino y retorno a Gran Canaria, después de que la aerolínea se viera obligada a cancelar el vuelo de regreso y activar protocolos de limpieza y alojamiento para los pasajeros.
El incidente ocurrió el 10 de diciembre en un avión que cubría la ruta entre Ámsterdam y Aruba. El roedor fue detectado cuando la aeronave ya sobrevolaba el Atlántico, lo que generó inquietud entre los cerca de 240 pasajeros a bordo. Al no existir una alternativa segura de aterrizaje inmediato, el comandante optó por continuar hasta destino.
Según explicó la compañía, la tripulación mantuvo al animal bajo vigilancia durante el resto del trayecto y confirmó que no accedió a alimentos ni a zonas sensibles del avión. Sin embargo, a la llegada, el vuelo de regreso fue cancelado por motivos sanitarios, obligando a reubicar a los viajeros, entre ellos numerosos turistas que tenían previsto enlazar con Gran Canaria para continuar o finalizar sus vacaciones.
Los pasajeros afectados fueron alojados en hoteles mientras el avión era sometido a una limpieza en profundidad antes de volver a operar. La situación ha generado malestar entre parte del pasaje, especialmente en plena temporada alta turística para la isla, donde cualquier incidencia en la conectividad aérea tiene un impacto inmediato en hoteles, traslados y planificación de estancias.
El suceso recuerda otros episodios recientes en la aviación comercial, como el ocurrido en un vuelo de Spirit Airlines en Estados Unidos, y vuelve a poner el foco en la importancia de los controles de seguridad e higiene en aeronaves que conectan Europa con destinos turísticos clave como Gran Canaria.















