A escasas fechas del Día de los Inocentes, pero en el ecosistema mediático de Las Palmas la broma lleva circulando todo el año. Es por el el milagro de los medios canarios que viven en Alcobendas. Mientras desaparecen los vendedores de prensa de papel en los semáforos y prácticamente todo el sur grancanario, los quioscos de la calle Triana o El Tablero de Maspalomas languidecen guardando el secreto mejor guardado de las Islas —las cifras de venta de papel, que antaño ocupaba páginas y anuncios de TV —, cabeceras locales han abrazado una nueva religión: la audiencia digital, un ente gaseoso que permite a no todo el mundo ser líder al mismo tiempo, siempre que se elija el gráfico adecuado.
Resulta fascinante observar cómo grupos editoriales han aplicado el "borrado estalinista" a las cifras de difusión impresa. Mientras presumen de 13 millones de sesiones en un trimestre, nadie parece recordar cuántos ejemplares físicos se venden realmente en los quioscos de San Telmo o en los supermercados de San Fernando de Maspalomas. El papel ha pasado a ser como ese pariente lejano en las bodas: todos saben que existe, pero nadie lo invita a salir en el selfie grupal de las audiencias.
Celebrar usuarios únicos que quizás solo entraron por un clickbait sobre el tiempo en el Teide es como medir el éxito de un restaurante por la gente que mira el menú en la puerta. En Las Palmas, la información vuela, pero sobre todo vuela desde servidores peninsulares hacia dispositivos móviles de usuarios que, según las estadísticas, son legión. Si las cifras de GfK DAM siguen creciendo a este ritmo, para FITUR 2026 habrá más usuarios únicos en los periódicos canarios que habitantes en todo el Atlántico Medio.
El último panel de GfK DAM de noviembre de 2025 ha desatado la euforia en Las Palmas con cifras de usuarios únicos impresionantes, casi mística, que nos dice que prácticamente cada canario con pulgar y smartphone ha entrado en su web. Sin embargo, el baile de números es digno de una coreografía de Drag Queen de Maspalomas. En este ranking, si te fusionas con una cabecera nacional como El Español, los números se multiplican por arte de magia SEO, llegando a rozar el millón de usuarios únicos en los meses de mayor "repunte".
Lo más tierno de esta guerra de cifras es el concepto de "medio canario". A estas alturas de 2025, el 90% de estos "nativos digitales" tienen su corazón (es decir, sus servidores) latiendo en centros de datos de Madrid, Valencia o Barcelona. Es una paradoja deliciosa: consumimos información "kilómetro cero" servida desde la Península. Leer las noticias de los incendios o de la crisis del Mar Rojo a través de un servidor en Alcobendas le da ese toque de "lejanía cercana" tan propio de nuestro fuero. Hablar de "prensa insular digital" mientras los bits viajan por el cable submarino a 200 milisegundos de distancia es, como mínimo, un ejercicio de fe digno de una inocentada adelantada.
