En la industria hotelera global, cumplir los objetivos de sostenibilidad suele ser una carrera de fondo con obstáculos regulatorios. Sin embargo, Riu Hotels & Resorts ha ejecutado un "sprint" estratégico que ha dejado al sector sorprendido: la cadena ha completado la certificación Ecostars de toda su planta alojativa un año antes de lo previsto en su hoja de ruta Proudly Committed (2023–2026).
Para el ecosistema de Maspalomas y Playa del Inglés, donde Riu opera algunos de sus activos más emblemáticos y de mayor rendimiento (como el Riu Palace Maspalomas o el Riu Gran Canaria), este movimiento no es solo una medalla ética; es una maniobra de optimización de costes de primer nivel en un momento de presión inflacionaria sobre los suministros.
La certificación de los 98 establecimientos de la cadena (el 100% de su base operativa, excluyendo aperturas recientes como Toronto o Ventura en México) responde a una lógica financiera aplastante. Según Xisca Sitjar, responsable de sostenibilidad de la firma, Ecostars no es una certificación genérica, sino un motor de métricas clave. En un destino con recursos finitos como Gran Canaria, la capacidad de comparar consumos (benchmarking) con hoteles de tipología similar permite a Riu identificar ineficiencias en tiempo real. Esto se traduce en una reducción directa de los costes operativos (OPEX), blindando el margen neto frente al encarecimiento de la energía.
Por primera vez, Riu dispone de herramientas para auditar los impactos indirectos de su cadena de valor. Esto incluye desde la logística de aprovisionamiento que llega al puerto de Las Palmas hasta el origen de los alimentos, una exigencia creciente de los fondos de inversión ESG. Maspalomas está inmersa en una carrera por atraer al viajero de alto valor y al segmento de congresos (MICE). Los turoperadores nórdicos y alemanes —motores de la conectividad de Gran Canaria para 2026— están implementando filtros de sostenibilidad obligatorios. Al ser la primera cadena global en certificar el 100% de su base, Riu se asegura una posición de "privilegio" en los sistemas de reserva y catálogos de agencias internacionales.
Esta certificación anticipada actúa como un seguro contra futuras regulaciones ambientales de la UE que penalizarán a los activos turísticos con altas emisiones. La aplicación de Ecostars en los hoteles del sur de Gran Canaria posiciona a la isla como un referente de turismo responsable ante organismos como la OMT y el Consejo Español de Turismo. Para Riu, el archipiélago es el banco de pruebas ideal: si se logra la optimización total en un entorno de alta presión turística y logística insular, el modelo es replicable en cualquier parte de sus 21 países de presencia.
Riu ha transformado la sostenibilidad de "centro de costes" a "centro de eficiencia". Adelantar la certificación Ecostars a 2025 es un movimiento de defensa de márgenes. En el horizonte de 2026, donde Maspalomas enfrentará una competencia feroz por el gasto del turista premium, los activos de Riu parten con una estructura de costes más ligera y una narrativa de marca verificada que atraerá el capital institucional más exigente. La ejecución anticipada de la estrategia proudly committed sugiere una dirección altamente disciplinada. Esperamos que este movimiento presione a otros competidores en la zona de Meloneras y Playa del Inglés a acelerar sus propias certificaciones para no perder competitividad en el bidding de los grandes turoperadores europeos.
