El ejercicio 2025 ha concluido como el año de la consolidación definitiva del modelo de "lujo resiliente" en el sur de Gran Canaria. Tras un 2024 de récords, el municipio de San Bartolomé de Tirajana ha cerrado el balance anual superando la barrera de las 12,5 millones de pernoctaciones. Este éxito operativo ha sido impulsado por la recuperación total de los mercados de Reino Unido y Alemania, junto a un crecimiento estratégico del 14% en el mercado nórdico. Financieramente, el indicador más relevante ha sido el desplazamiento del foco desde el volumen hacia el rendimiento: el RevPAR (ingresos por habitación disponible) ha registrado un incremento del 9,5%, posicionando a Maspalomas como uno de los activos más rentables de la eurozona fuera del continente.
La salud económica del destino durante este año se ha cimentado sobre una inversión privada que ha sobrepasado los 350 millones de euros destinados a rehabilitaciones integrales. La mutación de activos obsoletos hacia el segmento de 4 y 5 estrellas Gran Lujo ha permitido capturar una demanda de alto valor, con un gasto medio diario de 185 euros por turista, lo que supone un aumento del 22% respecto a la media de la década anterior. Esta revalorización ha convertido al sur de la isla en un "valor refugio" para fondos de capital riesgo internacionales, atraídos por rentabilidades netas (Yields) que se han situado de forma estable entre el 6,5% y el 7%.
Desde la perspectiva de la gobernanza y sostenibilidad (ESG), 2025 ha sido el ejercicio en el que se han validado inversiones críticas por valor de 42 millones de euros, combinando capital local y fondos Next Generation EU. La gestión del Oasis de Maspalomas y la eficiencia hídrica han pasado de ser conceptos de marketing a indicadores de riesgo financiero. La optimización de la planta desaladora ha resultado vital para sostener a una población flotante de 250.000 personas en picos de temporada, logrando reducir la huella de carbono del cinturón hotelero en un 15% mediante la implantación masiva de microrredes fotovoltaicas.
La estructura del PIB local ha experimentado en 2025 una transformación irreversible gracias a la digitalización. Maspalomas se ha consolidado como un hub de workation de primer nivel, albergando una comunidad estable de 8.500 nómadas digitales y trabajadores remotos de alta cualificación. Este ecosistema ha generado una economía auxiliar valorada en más de 60 millones de euros anuales, garantizando una ocupación media del 82% incluso en periodos tradicionalmente bajos. No obstante, este flujo de capital ha traído consigo una presión inflacionista en el alquiler del 12% interanual, planteando el mayor reto de paz social para el futuro inmediato del municipio.
En el balance final de 2025, el factor geopolítico ha jugado a favor de Maspalomas. Mientras otros corredores turísticos del Mediterráneo sufrían la inestabilidad, la pertenencia de Canarias al marco jurídico europeo ha actuado como una prima de seguridad para el capital global. La madurez del destino se ha demostrado en su capacidad para equilibrar este crecimiento agresivo con la necesidad de modernización del espacio público, factor crítico para mantener la competitividad frente a destinos emergentes con menores costes operativos pero mayor riesgo institucional.
