El continente africano volcará su oferta turística con propuestas sostenibles que buscarán “robar” turistas de destinos tradicionales como Canarias
Mientras en el sur de Gran Canaria el debate sobre la sostenibilidad turística sigue siendo un arma arrojadiza entre instituciones y colectivos, en el continente vecino la innovación se ha convertido en la clave del futuro. Durante un encuentro celebrado en Marrakech, expertos en turismo destacaron la necesidad de invertir en tecnología y formación juvenil para impulsar un modelo de turismo respetuoso con el medio ambiente y las comunidades locales.
África, con su riqueza natural y cultural, está apostando por un turismo basado en la conservación y el desarrollo sostenible. Iniciativas como el ecoturismo en Ruanda con los gorilas de montaña, los safaris sostenibles en Kenia o los lodges ecológicos en Sudáfrica son solo algunos ejemplos del cambio de paradigma. A ello se suma la fuerte inversión en digitalización, con plataformas que conectan a viajeros con experiencias locales sin intermediarios tradicionales, democratizando así el acceso al turismo.
Pero, ¿qué impacto puede tener este giro en la industria turística del sur de Gran Canaria? Por un lado, el auge de estos destinos supone una competencia creciente por el turista de alto poder adquisitivo, que busca experiencias auténticas y exclusivas. Mientras tanto, la oferta en Maspalomas y Playa del Inglés sigue anclada en un modelo más tradicional, basado en el sol y playa, con hoteles que comienzan a renovarse, pero sin un cambio estructural en su propuesta de valor.
El claro ejemplo de ellos son los diversos planes que se han lanzado al aire para renovar los vetustos centros comerciales que plagan las principales zonas turísticas del sur de Gran Canaria y que en los últimos años no han visto ni un solo cambio efectivo, más allá de alguna orden para tapiar centros comerciales ruinosos.
Por otro lado, la apuesta africana por la sostenibilidad podría servir de inspiración para reorientar el modelo turístico canario. Con la creciente demanda de experiencias más personalizadas y sostenibles, el sur de Gran Canaria podría aprender de estos casos de éxito e integrar más opciones de turismo ecológico, digitalizado y con impacto positivo en las comunidades locales.
El desafío está sobre la mesa: o se reinventa la oferta turística del sur de Gran Canaria con una visión de futuro, o la competencia del continente vecino, con su creciente atractivo y su apuesta por la innovación, terminará por seducir a los viajeros que antes elegían Canarias sin pensarlo dos veces.