Lunes, 22 de Septiembre de 2025
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GRAN CANARIAMadrid pone a funcionar la maquinaria mediática ante el creciente interés de China en el sur de Gran Canaria

Madrid pone a funcionar la maquinaria mediática ante el creciente interés de China en el sur de Gran Canaria

C. S. Maspalomas24h Sábado, 05 de Abril de 2025

Mientras Europa se obsesiona con la guerra y EEUU con los aranceles, China se sienta a hacer negocios en el archipiélago con la vista puesta en el sur de Gran Canaria, provocando el pánico en la prensa peninsular

 

El miedo es libre, y en la península lo ejercen con entusiasmo cada vez que Canarias decide moverse al margen del dictado de Madrid. Esta vez, el apocalipsis viene desde Asia: China ha puesto el ojo en Canarias, y algunos ya hablan de una "invasión silenciosa".

 

Un alarmismo digno de una película de espionaje, cuando lo único que ha ocurrido es que el gigante asiático ha encontrado en Canarias un punto estratégico para invertir mientras el Gobierno central sigue distraído con sus batallas internas, Estados Unidos continúa los tarifazos arancelarios a nivel global y en la Unión Europea solo se piensa en rearme y guerra.

 

Ante este escenario, la maquinaria mediática peninsular no ha tardado en encender las alarmas ante la "invasión silenciosa" de China en Canarias, con titulares dignos de una película de espías e invasores del Hollywood de los 60.

 

¿Y qué está haciendo exactamente el gigante asiático? Invertir en infraestructuras, cerrar acuerdos comerciales y colaborar en proyectos que impulsarán los principales sectores económicos de la isla: la agricultura, el creciente sector audiovisual y, como no, el turismo. Básicamente lo mismo que llevan décadas haciendo Estados Unidos, Alemania o Reino Unido, pero claro, cuando es Pekín el que mueve ficha, de repente todo es una amenaza.

 

Lo que realmente incomoda en la península no es la presencia china, sino que Canarias sea capaz de atraer inversores fuera del círculo habitual, ejerciendo su capacidad de decisión y aprovechando su posición geoestratégica. En un contexto donde Europa y la OTAN están obcecadas con inflar las acciones de la industria armamentística europea y en una especie de guerra fría contemporánea con Rusia, las Islas optan por atraer capital en lugar de alinear sus intereses con los conflictos armados.

 

Mientras Bruselas multiplica el presupuesto militar y la OTAN sigue su escalada bélica en el este de Europa, Canarias mira más allá en el escenario geopolítico. Con Estados Unidos empujando a Europa a una guerra arancelaria y la economía comunitaria tambaleándose, China aparece como un socio viable para llenar el vacío inversor.

 

Los sectores más paranoicos del Estado ya han sacado la carta de la OTAN. "Canarias no puede caer bajo influencia china, es un punto clave en el Atlántico", como si la llegada de inversión extranjera fuese sinónimo de dominación. Si nos acogemos a este discurso de los burócratas de Madrid y Bruselas, entonces los americanos llevan "invadiendo" el archipiélago desde que utilizan a placer la base de Gando para repostar sus aviones y realizar entrenamientos militares.

 

El problema real es que Canarias está tomando una iniciativa económica que se desmarca de los actuales ideales europeos que mientras te venden el discurso de la sostenibilidad, por detrás aumentan el gasto militar ante una “inminente invasión rusa”; y eso no gusta en ciertos despachos de Madrid.

 

La vieja fórmula de "Canarias como territorio dependiente" se tambalea cuando la región empieza a jugar sus propias cartas en un tablero global donde, entre aranceles y rearmes, los principales protagonistas parecen empeñados en querer “trancar” la economía.

 

En Canarias, las inversiones chinas se ven con pragmatismo. Si generan empleo, desarrollan infraestructuras y dinamizan la economía, ¿qué problema hay? En la península, en cambio, el temor a que el archipiélago salga del redil tradicional provoca titulares alarmistas y discursos apocalípticos. Como si los ciudadanos canarios fuesen marionetas sin criterio propio.

 

Quien sabe, quizá tienen que venir desde China para que en Canarias se vea esa “diversificación económica” que desde el Ejecutivo regional llevan vendiendo desde que le vieron las orejas al lobo con el descontento de ciertos sectores sociales con el actual modelo turístico.

 

La realidad es que el mundo está cambiando. China se consolida como una potencia económica con intereses en todo el planeta y Canarias, por su ubicación estratégica, no iba a ser una excepción. Pero, mientras los tabloides afincados en Madrid siguen con el "¡que vienen los chinos!”, en Canarias la única preocupación es que la inversión llegue, se gestione bien y no termine convertida en otra oportunidad desperdiciada por el miedo y los intereses de otros.

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