Un gol de Javi Múñoz en el último minuto con el VAR de por medio desató el éxtasis en el Estadio de Gran Canaria y sirvió para dar la victoria a los amarillos ante el tercer clasificado de la competición
1 de 7. Los de Diego Martínez cumplieron con creces una de las siete (ahora seis) finales que tenían por delante para certificar su permanencia, y lo hicieron nada más y nada menos que ante el Atlético de Madrid; probablemente el rival más duro que tenían por delante en este último tramo de liga y que llegaba a Gran Canaria buscando la victoria para no desengancharse de la lucha por la liga.
Como si se tratara del Bernabéu en una de esas mágicas noches europeas, la épica se adueñó del Estadio de Gran Canaria con un gol en el último minuto que no estuvo exento de drama y tensión.
En el minuto 94, cuando todo apuntaba a un empate sin goles, Javi Muñoz desató el delirio en las gradas con un gol que acabó colándose en la portería de Oblak a trompicones tras un forcejeo entre Giménez y Jaime Mata, que finalmente acabó aprovechando el centrocampista madrileño para tocar lo justo y redirigir el esférico.
Sin embargo la alegría duró poco, cuando el asistente levantó el banderín indicando un fuera de juego que según afirmó el propio Javi Múñoz en la entrevista post partido “siempre supo que no lo era”. Con la tensión habitual de todas las intervenciones del VAR (sobre todo para los amarillos, unos de los más perjudicados por esta herramienta), García Verdura acabó dando por válido un gol que desató el éxtasis y brindó una nueva imagen de comunión entre equipo y afición, con toda la plantilla celebrando el gol junto a los espectadores en uno de los fondos).
Los colchoneros llegaron a la isla con su habitual mezcla de músculo y cinismo táctico, mientras a los amarillos no les quedó otra que tirar de valentía, paciencia y recordar el emotivo discurso que Miguel Ángel Ramírez le dio a la plantilla en Getafe y que tan efectivo fue. Dinko Horkaš, protagonista improvisado de este final de temporada tras la lesión de Jasper Cillessen en Vigo, se convirtió en el héroe de la noche (con permiso de Javi Múñoz) con varias paradas que le darán pesadillas a Julián Álvarez y compañía.
Con esta victoria, Las Palmas no solo abandona provisionalmente la zona de descenso (a expensas de lo que haga el Deportivo Alavés en su enfrentamiento ante el Sevilla mañana) sino que recibe otro subidón anímico y confirma el inicio de una buena racha que puede acabar certificando una salvación que hace unas semanas parecía casi imposible. Mientras tanto, el Atlético se deja medio título en Gran Canaria y encaja su segunda derrota consecutiva en el Estadio de Gran Canaria tras caer el pasado año cuando era García Pimienta el que dirigía a los amarillos.